Escribo estas líneas para poner en valor un aniversario personalmente muy especial. Son solo tres años, pero son tres años de un proyecto que inicié sin saber muy bien qué me depararía el futuro. Después de más de 1000 días puedo decir que no me arrepiento de haberlo intentado, abrir una consulta de cardiología en Pamplona fue una de las decisiones más acertadas de mi trayectoria profesional.

Me embarqué es una aventura que tenía como finalidad preservar la salud cardiovascular de mis pacientes, poner mi granito de arena en el cuidado a la sociedad, y puedo decir que la sensación es de satisfacción. Siempre he tenido la inquietud de seguir aprendiendo y de continuar con mi formación mientras trataba de contar con los mejores recursos técnicos y con la tecnología más avanzada. Eso ha tenido una respuesta contundente: el incremento de la confianza que los pacientes y los distintos profesionales del sector han depositado en mí. En este tiempo he podido desarrollar varias alianzas estratégicas que han supuesto una perfecta simbiosis con otros ámbitos de la medicina que han desembocado en un mejor servicio hacia los pacientes. Por todo esto, solo puedo entonar palabras de agradecimiento.